2006. dic. 29
Los sueños dulces saben amargos, saben a lágrimas, a miedo, a cariño, a pasión. Los sueños dulces saben a miel, a sal, a música, a una voz cantando en la oscuridad.
Los besos agrios saben a algodón de azúcar, a las olas rompiendo en las rocas, a dos manos buscándose furtivas, a las promesas que se hacen sin querer. Los besos agrios saben al arrepentimiento, a miedo, a los dias que pasan del calendario, al batir de alas... a los rayos del sol.
Los pensamientos furtivos están hechos de alquimia, de canciones, de pasiones, de nombres de personas, de deseos en la oscuridad, de abrazos solitarios y noches de almohadas vacías, de palabras susurradas al aire.
El amor está hecho... ¿de qué estás hecho?
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