sábado, septiembre 02, 2006

¿Hacer como que no sé nada?

2006. Sep. 2

Es la primera vez que camino por Santa Cruz yo sola... y la verdad, no da tanto miedo como pensaba; el secreto reside en no tener secreto, en no tener ningún sitio al que ir, en dejarse llevar. Forma parte de mi nueva filosofía: dejar que mis pies me lleven a donde quieran ir, sin imponerles un rumbo fijo. Ahora mis pies son los que mandan.
Se paran. Giran hacia la pared que tengo a la derecha, y levanto la mirada. Es una puerta enorme, y tiene un cartel colgado.
"HOY, A LAS 22:00H, GRAN ESTRENO DEL TEATRO DE HARRY HALLER, ENTRE USTED, Y CREE SU PROPIA NOVELA". Giro la cabeza, confundida: No sabía que Harry Haller fuese dramaturgo, y mucho menos que existiese.
Y de repente todo se detuvo; el silencio se apoderó de la ciudad: la gente dejó de hablar, los niños dejaron de pedir cosas a sus padres, las parejas y amigos dejaron de saludarse al encontrarse ... Incluso las palomas y los coches se detuvieron. De hecho, todo eso había desaparecido... los edificios, las calles, los habitantes, las luces, todo. Ahora me encontraba en una calle muy mal adoquinada con piedras, frente a un edificio extremadamente viejo, que amenazaba con derrumbarse de un momento a otro. Me fijé mejor, y descubrí un cartel muy viejo que aún se resistía a despegarse del todo de la pared. Anunciaba el estreno de una obra, una obra que, no sabía muy bien por qué, no se representó, pero aún asi, el cartel seguía allí, anunciando los momentos que en la vida se representarían, los aplausos que no se dejarían oír; anunciando un hecho futuro que había quedado en el pasado.
- Es una historia muy triste, esa.
La voz hizo que me sobresaltase. Dirigí mi mirada hacia el lugar desde el que me había parecido oírla llegar, y descubrí a un hombre de estatura media, con un abrigo negro de aspecto viejo muy largo, y un sombrero, igualmente negro, y viejo, calado hasta las cejas, tratando en vano de tapar un pelo alborotado, que tenía todo el aspecto de no haber visto agua en mucho tiempo. Pero si el pelo y la ropa del individuo tenían mal aspecto, este tampoco se libraba: Su rostro estaba surcado de arrugas prematuras por el exceso de sufrimiento y el no saber adaptarse en el mundo real, y sus ojos, que en otro tiempo habrían estado llenos de una luz alegre y viva, ahora contaban la historia más triste y amarga que se pueda escuchar. Era un hijo desheredado de la sociedad, un animal preso en un cuerpo humano, con sus límites correpondientes: una bestia enjaulada.
-S-¿Señor Haller?-pregunté.
-Yo iba a asistir a esa representación... pero desgraciadamente se tuvo que suspender. Algo terrible lo que sucedió allí.
-¿Es usted el señor Harry Haller?
-La verdad es que es una lástima que vayan a derrumbar este edificio... Tiene tanto que contar, y tanto que llorar. Te sorprendería escuchar lo que cada pared, cada camerino, tiene que contar, lo que han visto.
Me di por vencida, y decidí seguirle la corriente; al fin y al cabo, no tenía nada que perder. Creer que él era el personaje de la novela de Hermann Hesse era igual que creer en Dios: no se pierde nada si es mentira, y se gana todo si es cierto.
-¿Qué le sucedió al teatro?
-¡Oh, algo terrible! Ahí dentro, en el escenario, asesinaron a la actriz principal...
-¿Y por eso han clausurado el teatro y han dejado que se deshaga de esta manera tan deplorable?
-Oh, no, muchacha, nada de eso. Veo que no has entendido nada. El teatro había sido clausurado mucho antes de que sucediese el asesinato.
-¿Entonces?, no entiendo, ¿cómo iba a haber una representación si el teatro había sido clausurado con anterioridad?
-Veo por tus palabras que no te has parado a leer con detenimiento el cartel que antes mirabas con tanto interés.
Me fijé mejor en el cartel al oír sus palabras, y lo que leí me dejó asombrada, aunque de una manera subconsciente ya sabía qué era lo que iba a haber escrito en ese cartel.
"SÓLO PARA LOCOS". No ponía más, pero esas tres palabras fueron suficientes para entender. Miré al supuesto lobo estepario, y le sonreí, y él me devolvió la sonrisa, pero no una sonrisa alegre, sino una sonrisa triste y cansada, de las que tienen los que están cansados de vivir, pero no tienen el valor suficiente para coger la cuchilla.
Me tendió la mano, y yo se la cogí. Me dejé llevar por muchas calles, y callejones, a cada cual más vacío, oscuro, y silencioso. Caminamos durante diez minutos, hasta que supe por mi guía que habíamos llegado a nuestro destino.
Estábamos en un callejón con una sola salida y entrada, que se encontraba entre dos casas muy antiguas del barrio burgués que, como más tarde supe, habían sido habandonadas tiempo atrás por sus últimos dueños debido a que estaban embrujadas. En la pared de una de las casas había una puerta pequeña, casi invisible, que se confundía con la mugre y el hollín de la pared. Haller tocó tres veces la puerta, en tres sitios diferentes. Parecía una contraseña. Pensé que debía recordarla. Realmente, había pensado que debía recordar todo aquello, para luego contárselo a él. Seguramente,cuando acabase mi relato, me miraría con una sonrisa, con su sonrisa, y pensaría que tengo mucha imaginación, y tiempo para gastarla. Pero me daba igual, se lo contaría, y se lo demostraría.
Mientras pensaba en las palabras que iba a utilizar para contarle todo eso, el señor Haller abrió la puerta y entramos. En comparación con la oscuridad del callejón, el interior de la habítación en la que estábamos era extremadamente luminosa, a pesar de que sólo estaba iluminada por unas cuantas velas y dos antorchas muy separadas una de otra. Poco a poco mis ojos fueron adaptándose a la nueva claridad, y examiné cuantelosamente toda la estancia, y de repente un grito ahogado de sorpresa llamó mi atención, y ya no necesité pensar más en cómo haría para que él me creyese, porque estaba ahí, frente a mi, tan sorprendido o más que yo, y a su lado, ella, la fuente del grito, y con su nueva y ya afianzada mirada de odio asesino clavado en mí.

5 comentarios:

rianean dijo...

Pues asi como lo oyes, no sabes hacer nada xDD (por el título)
El final me ha dado un poquitico de miedo. esta noche no duermo xDD
Por cierto, ya he "modificado mi blog" xDD desde luego que se me da mejor ser comentarista.
Bueno, eso es todo princesa dragón volador
suerte

Libelle dijo...

Mmmmh...no sabía que no sabía hacer nada...El alumno ha superado al maestro...Muy bien, pequeñño padawan =P

Me pasaré ahora mismo por tu blog...y si, eres muy buen comentarista. Por cierto, creo que estan buscando uno para los partidos de futbol aqui en tenerife =P=P

Y haciendo una reverencia, la "princesa canario" se despide del "principe rana" =P

AsDePiqas dijo...

YIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

QUE FANTASSSSSSSSSTICOOOOOOOOOOOO

Me babeo


Mr. Haller ni más ni menos. Qué pedasso de idea, mademoiselle.

Te mandaré un mail con algunas preguntas más personales acerca del final.

Un beso gordo!!

Y volviera mi afán a mi amada, en sus muslos mordiendo la carne blanquísima, y saciando mi sed en su sangre por mí derramada, para aullar luego solo en la noche tristísima -No hace falta decir de quién-

rianean dijo...

uala, que fallo. como ayer tenía un sueñísimo, entendí que ponía "¿cómo que no se hacer nada?", pero en realidad ponía "¿Hacer como que no sé nada? " que fallo más grande xDD

Libelle dijo...

Mateo: Ya me habia dado cuenta del fallo...pero preferí no decirte nada, por si acaso....xDD

As: Vaya, me alegro de que te gustase =P. La verdad es que la idea si que es buena...pero mejor es lo que se me ocurrió ayer =P=P