¿Motes?

2006. Jun. 12

Como primera entrada a este mi tan deseado blog (nadie sabe lo que me costó crearlo...), quería proponer algo interesante, algo a lo que casi nadie presta atención, a pesar de que sufrimos las consecuencias (a veces indeseadas), de este aparente nuevo error de la humanidad; y mi pregunta es la siguiente: ¿Por qué nos empeñamos en poner motes a todo Dios? Nuestros padres se parten la cabeza durante nueve meses ( algunos más...), intentando buscarle el nombre perfecto a una criaturita a la que ni siquiera han visto, y que probablemente se pase los próximos 20 años llorando, succionando los ahorros de toda una vida, gritándoles e ignorándoles... Hay que decir también que hay padres que bien que se lo merecen, que parece que en lugar de ir a ponerle el nombre a un niñ@, se lo iban a poner a una boñiga. Y es que hasta los propios progenitores son víctimas ya de esta nueva epidemia de la sociedad, llamándo a sus hijos de todos los nombres imaginables, y a veces otros peores ( "mi currifrichitín", "bichito", "bicho", "hijo de...", etc.). Mi reflección es la siguiente: Si no nos gustan los nombre con el que designamos a nuestros hijos en un principio, ¿porqué no esperar a que ellos crezcan, y darles la oportunidad a ellos de que se "autonombren"?, de esta manera se evitarían muchas discusiones introducidas por el clásico: "¡¿Cómo se te ocurrió llamarme asi!?, ¡¿Qué pasa, estabas borrach@, o qué?!", y los padres podrían seguir explotando el clásico y tan amado "¡TÚ!".

Eso es todo... Se esperan las opiniones ^^.