viernes, enero 26, 2007

Envoltorio

2007.ene. 26

Deslízate en mi cuerpo, dentro de mi alma...suave, imperceptible, apasionado...Déjame sentir tu piel junto a mi boca, tu respiración en mi cuello. Hazme cosquillas mientras duermes a mi lado.

Abre mi alma con las tijeras que dejé sobre la mesita de noche. Cójelas con cuidado: son de cristal. Ahora acércate, y empieza a cortar por el corazón. Ya has entrado un poco. ¿Ves los jirones? Esos los has hecho tú. Con tus miradas...y con tus desprecios. Ahora introduce las tijeras, y corta.

Mírala, mírala bien, porque es tuya. Sólo tú tienes poder sobre ella. Sólo tú eres capaz de hacerla sangrar, y de hacerla cantar. Sólo tú, que no la quieres, que la desprecias, que dudas, la posees.

Y cuando ya la hayas visto, quiero que me mires a los ojos por última vez, y que me mientas...una vez más. Dime por última vez, que me amas.


Deslízate por mi cuerpo sin alma...porque ya no puede más.

jueves, enero 25, 2007

Conexiones

2007.ene. 25


La verdad es que no sé muy bien cómo empezar este post...ni siquiera estoy muy segura de lo que voy a contar, o si realmente quiero contarlo... Pero es algo que ahora mismo necesito compartir, porque esta es una de esas cosas que, si te las guardas, pierden el encanto con el tiempo, el brillo y la calidez, como cuando arrancas una flor y no la pones en agua: se marchita.

Ocurrió hace menos de diez minutos. No sé muy bien cómo explicar la manera en la que sucedió, ni porqué, sólo sé que
Safo fue la causante de toda esta rebelión de pensamientos.

Me hizo pensar, en qué hubiese sucedido, no si yo no existiese, sino si no hubiesen existido las personas que han hecho algo en mi vida. Pensé en todas y en cada una de las personas, y las primeras personas que me vinieron al la mente fueron A. C. y V. (no pongo nombres, ya que no me parece correcto, me limitaré a poner la inicial). Me di cuenta de que, gracias a mi problema con esas personas (ahora bendito problema y bendito mi error), dejé que mis hermanas, esas a las que quiero tanto y a veces a las que mataría, dejé que me intentasen "ayudar", y gracias a su segunda "ayuda", conocí al culpable de los mejores momentos de mi vida. También gracias a la amistad que había antes del problema, me di cuenta de que los filósofos sí que existen, y que además, tienen nombres y apellidos, y viven en Radazul ;). Gracias a que los filósofos existen, éste me enseñó de que las filósofas también existen, y gracias a eso conocí a Safo, la culpable de todo este lío. Y, por último (porque esto podría seguir hasta el infinito), pero no por ello menos importante, gracias a una amistad a distancia que surgió por un error o por mala memoria, me di cuenta de que los perros pueden llegar a parecerse a los amos, y además tener nombre de bar o restaurante.


La lista de conexiones se perpetúa así hasta el infinito, llena de personas que, directa o indirectamente, han colaborado a que mi vida esté llena de personas maravillosas... Gracias a todos por existir, y a Safo en especial por hacerme pensar ^^

martes, enero 23, 2007

Las nubes y el sol

2007.ene. 23


Un montón uniforme de nubes grises y deprimentes cubrían el cielo, desafiantes para con todos aquellos que habían salido a la calle, tras tres interminables horas de encarcelamiento cruel y despiadado, para poder contemplar y sentir el sol jugando con sus ojos, calentando su piel.

Ella no quería ser menos, y, dispuesta a jugar la media hora de permiso, cruzó la puerta, y alzó la vista al cielo, esperanzada, y tras ver un enorme y burlón "¡JA!" dibujado en las nubes, lanzó un suspiro de resignación, y lanzó una muda maldición a esas gordas y aburridas viudas del cielo..."Envidiosas", pensó. Luego miró a su izquierda, y observó cómo le quitaba el cuaderno suavemente de las manos, como si pretendiese que ella no se diese cuenta, y casi murmuró:

- Quiero leer aquello...


Ella sonrió y lo dejó hacer...no iba a encontrar nada. Siempre escribía cosas pensando en que él las leyera, pero, una vez se encontraba en la situación, le entraba el miedo, miedo porque ella solo escribía por escribir, por contar las locuras que se le pasaban por la cabeza, las tonterías, los delirios de grandeza... Casi nadie veía eso, aunque todos lo leyesen, o lo creyesen; sólo veían palabras enlazadas unas con otras con determinantes, pronombres, nexos de unión...pero cuando él lo leía, la veía a ella, la veía a ella contándole todas esas cosas, observaba su alma multiforme, esa alma que ella abandonaba y abría en cada párrafo que escribía pensando en él.

Abrió el cuaderno naranja por la página, pero se encontró con que habían páginas arrancadas, la miró, y, sin darse por vencido, siguió rebuscando en la libreta, en busca de algo, por mínimo que fuera. Y lo descubrió. Una pequeña página con las lineas de color verde, y letras tatuadas en los recuadros de color azul.

-Esto no lo vi el otro día- dijo

Ella no sabía que decir, no recuerda si respondió algo o no, los nervios eran demasiado grandes. Leyó la primera línea, o la primera palabra, y dijo:

-Ay, este soy yo en todos lados

Comenzó a leer en voz alta, la suficiente para oírlo los dos.

-"Y él..."

Ella se asustó un poco, le agradaba estar así, pero nunca le había gustado que leyesen cosas que ella había escrito en voz alta.

-No, Juan... vale que lo leas, pero en voz alta no, por favor...

Él hizo oídos sordos y, jugando, comenzó a leer de nuevo, ella se acercó a él y le tiró suavemente de la manga y, con la cabeza gacha, dijo:

-Oye...no lo leas en voz alta, que me da vergüenza....

Y él le pasó un brazo alrededor de los hombros y la atrajo hacia él, y ella hundió su cara en su pecho, sintiendo que el corazón le iba a estallar...


Sintiendo que el corazón le iba a estallar...



A estallar...

sábado, enero 20, 2007

Incoherencias

2007. ene. 20


Y quiero escribir todo lo que siento cuando pienso, todo eso que está vetado a las palabras y que se cuenta en las canciones. Quiero escribir los labios recorriendo el cuerpo, el deseo ocupando la voluntad.

Quiero escribir lo que veo, lo que se que está ahí cuando lo recuerdo, pero no está cuando lo veo. Quiero escribir lo que se me pasa por la cabeza cuando me despierto por la mañana, lo que me imagino cuando huelo olores que no están, cuando veo personas que no vendrán...pensé en los momentos que habían sido robados por el tiempo, por ese ser invisible y malvado que no hace más que parar el tiempo y susurrarte al oido que mires a los lados, que no me mires...

Saborear las palabras que me susurras al oído...suaves, dulces...tímidas, casi como si estuvieses pidiendo perdón. Y luego esperas a que yo voltee y busque tus ojos y bese tus labios.


Quiero escribir que sé, que siento tu resaca de los sentimientos de la noche, quisiera tener una pluma estilográfica para escribir en tu cuerpo todo lo que se ve fuera de la cueva...

viernes, enero 12, 2007

Vacíos inspirados

2007. ene. 12



Y el tango envolvió su mente, su esencia, su alma, su pensamiento, su corazón… sus manos. Y la inspiración que había buscado en frases vacías e incoherentes la encontró en la nostalgia de un Gardel. Y se movieron incesantes al compás de los violines, del piano. Y acabaron por morir desangradas en su terrible deseo por crear algo que se pareciese al vaivén de las olas del mar, algo que se alejase de la soledad, que abandonase los jeroglíficos, los dibujos, los gráficos, los dialectos, los gritos, las desesperaciones. Y acabó como mismo empezó: con frases vacías y sin releer lo escrito, con la última nota de un Gardel.

jueves, enero 11, 2007

Mundo de Papel

2007. ene. 11


Cada vez son más las personas que presumen de no ver la televisión, las que se jactan de llevar una vida aparentemente libre de la influencia de los medios de comunicación. Hay personas que tienen esperanza, yo entre ellas, y que creen que poco a poco la televisión se va concienciando del poder que ejerce sobre la sociedad, sobre las personas y sus actos, y van controlando las emisiones de los programas que no sería recomendable que viesen los niños. Pero la verdad es que todas esas esperanzas y creencias son vanas y, me atrevo incluso a decir, que nunca llegaron siquiera a planteárselas.


La verdad cruda, es que a los medios de comunicación le importa tres pepinos la salud mental de los niños, las repercusiones que sus decisiones pueden tener en la sociedad, es más, son conscientes de ello, y lo explotan a su favor, y no siempre beneficiando a los espectadores.

Hoy se me encogió el corazón cuando, buscando información para un trabajo, encontré una noticia en la que se decía que, el 31 de diciembre del pasado año, un niño falleció ahorcado en su casa tras haber visto la retransmisión de la ejecución de Sadam Hussein, tratando de saber "qué se sentirá colgarse a una cuerda". Cierto que nosotros también tenemos parte de culpa, porque lo que queremos ver es lo que nos dan, y cuánta más audiencia tiene un programa, más lo retransmiten. Pero hay algo que se llama sentido común, y que, al parecer, para poder triunfar en la vida hace falta carecer de él por completo.


Doy por sentado que la mayoría, si no todas las personas que lean esto ya lo sabían, pero como ya he dicho, yo soy una de esas pocas personas, o lo era, que creía que en las "altas esferas" había gente que quería algo más que ganar dinero, que quería de verdad mejorar a la sociedad.


Para ver la noticia completa
aquí y aquí

viernes, enero 05, 2007

El vals de las arañas....

2007. ene. 5



Se despertó por la mañana con una lágrima reseca en la mano, tratando de huír de su impenetrable mirada. No se sentía con fuerzas para dar siquiera un paso, sentía que no debía abrir los ojos ni un pequeño milímetro, deseo quedarse acostada, escondida entre las sábanas de su asquerosa autocompasión... Pero aún así se levantó; se dirigió al baño, y casi profirió un grito cuando vio su reflejo en el espejo: grandes ojeras enmarcaban sus ojos antaño vivaces, testigos de una noche de amargura y desesperación. Sus labios, cuarteados, eran incapaces de formar una sonrisa agradable de ver... y su aspecto en general, recién levantada, dejaba bastante que desear.


Pasó la mañana pensativa. Porque no quería salir, se obligó a desayunar fuera, a seguir a su acompañante al banco y a la tienda, a mirar escaparates ridículos, y a callar cuando debería hablar.

Más de una vez estuvo a punto de romper a llorar...en la tienda de ropa, en la panadería, en el bar... en el coche Odiaba estar así, esa sensación de autoabandono, de querer y no poder, a pesar de que sabía que si quería, podía. Y lo intentó.

Todos tienen un límite, y su límite, para con ella misma, es muy pequeño. Ni siquiera llegó a llorar todo lo que quería... le hubiese gustado desahogarse mientras recogía la cocina, cantando entre lágrimas, pero algo la obligaba, inflexible, a esbozar una sonrisa y a cantar...




-¿Y qué le pasa a esa?

-Nada...

-¿Nada?

-Bueno, sí...

-¿Qué tiene, pues?

-Que no le gusta autocompadecerse, no le gusta llorar.... Está perdida, terriblemente. No sabe si hablar o callar, no sabe si amar u odiar, no sabe si prestar atención, o ignorar. Se siente débil, sola, abandonada por el indio que debería abrazarla y transmitirle seguridad. Pero a la misma vez, dentro, muy dentro de ella, se siente tranquila, siente paz, y seguridad. Muy, muy dentro de ella, siente que todo esto se solucionará, que no debe prestarle más asunto, que no debe llorar tanto... Que no debe esperar a ir, sino seguir y que venga...







Esto no es para ti, tu no has hecho nada de esto...

jueves, enero 04, 2007

"Largo domingo de noviazgo"

2007. ene. 4


Ella rezaba porque no se diese cuenta de nada... Para que no viese que abrazaba el cojín para no abrazarlo a él, que en toda esa semioscuridad, ella luchaba por no romper el silencio con los latidos de su corazón...


Esperaba que no se hubiese dado cuenta de que una sola palabra suya habría bastado para que ella dejase de esperar, porque una espera lleva a otra... y puede que con esta ella no tenga tanta paciencia...tal vez se decida por hacer lo que quiere hacer ella, antes de esperar que lo haga él... pero le parece que no lo va a hacer... De una manera dulce, le gusta ver como se pone nervioso cuando ella lo abraza... y disfruta con eso.


Se rió cuando él dijo que no le gustaba esperar, porque era eso precisamente lo que estaba haciendo ella... pero valía la pena por pasar más tiempo a su lado, por conseguir que su ropa se quedase impregnada de su olor, de él...


Mientras estaba con él quiso que no se diese cuenta de nada... y cuando se fue lo echó tantísimo de menos, que sintió que se le quedaba el corazón atrás...


Pero sobre todo tenía miedo... miedo de que dentro de cinco dias todos esos momentos queden difuminados en el tiempo, como si no hubiesen sido más que un dulce sueño que se olvida con el tiempo... tuvo miedo de que otra vez más la timidez se adelantase al deseo, a los sentimientos, a las promesas... tuvo miedo una vez más de su indiferencia, de su frialdad... miedo a volver a pasar tardes enteras llorando el latido del corazón...