sábado, mayo 05, 2007

Infiel

2007.may.5





Su boca buscó la de ella, y ella, en un último intento de rehuírlo chocó contra el tronco del arce, y millones de hojas rojas como la sangre cayeron sobre sus cabezas, para acabar estas en el suelo, junto a todas las demás que habían tirado en ese juego frenético.

Ambos tenían la respiración agitada, pero en este momento era ella la que estaba prisionera, y él acercó su rostro al de ella mucho, los separaban apenas unos milímetros. Ella lo miró a los ojos, él hizo lo que había intentado hacer desde que se rindió en su puesto de espía del silencio: llevó su mano hasta su muslo, y comenzó a intentar subirle la falda, despacio, y ella le agarró ambas manos, apartándolas de su pierna, de su falda, de su debilidad, de su deseo. El juego debía continuar. Rieron los dos por lo bajo ante la reacción de ella, resultando una risa ahogada por los resuellos.

Permanecieron así, el uno frente al otro varios segundos, hasta que desde lo alto se oyó el graznido de un cuervo, que se podía ver perfectamente desde donde ellos estaban. Él se sobresaltó, y miró hacia el ave en un acto reflejo, y cuando volvió a bajar la mirada ella ya no estaba. Suspiró, divertido, y corrió una vez más tras ella.

Los troncos delgados y gruesos de los árboles se sucedían junto a ella, en su huída frenética, esquivaba uno y otro sin ninguna dificultad, mientras seguía preguntándose y trataba de averiguar cómo había llegado Él allí sin que ella se diese cuenta, y dónde estaba el que se suponía que debía estar. Comenzaban a dolerle las piernas, y el corazón le latía desbocado en el pecho, por la carrera, y por saber qué sucedería después. Sentía… ¿miedo? De pronto sintió ganas de llorar, pero cerró los ojos fuerte y negó con la cabeza. Se paró, trató de acompasar la respiración, escuchar el ruido del bosque, respirar el aire húmedo que impregnaba siempre su universo; estaba todo asombrosamente silencioso. Caminó despacio hacia el árbol más cercano que encontró, curiosamente un arce. Se apoyó contra el tronco, y echó la cabeza hacia atrás. El sudor frío perlaba su rostro, el cabello estaba despeinado y lo tenía pegado a la cara. Cerró los ojos, y al abrirlos de nuevo trató de buscar el sol entre las ramas de los árboles.

Apareció de pronto, detrás de ella, gritando un “¡¡BUH!!” verdaderamente escandaloso, y evidentemente divertido. Ella gritó, sintió que el corazón se le salía del pecho, y luego no pudo evitar reír con él. “No es difícil seguirte si no haces más que correr en círculos”, murmuró en su oído. Luego le cogió las manos, y se las agarró detrás de la espalda, dejándola totalmente vulnerable, inmovilizada. Verdaderamente ya no tenía más ganas de seguir corriendo: el juego había acabado. Aún así se permitió mostrarse reticente una vez más, apartando la cara cuando él quería besarla, y cerrando los ojos. La boca de él quedo detenida a apenas unos milímetros del cuello de ella. Podía sentir su respiración fría acariciar su piel. Y de repente algo en él comenzó a cambiar. Su aliento se había vuelto más cálido, las manos que sujetaban las suyas detrás de su espalda eran ahora ligeramente más grandes, y la agarraban con delicadeza, y la violencia del principio se había tornado pasión expectante. Ella volteó la mirada hacia donde debían estar los ojos de él, y se sorprendió al adivinar los hombros anchos que a ella le gustaban, la mirada luminosa que extrañaba… La sonrisa que parecía…

-Así que eras tú…- sonrió.

Él rió por lo bajo, asintió con la cabeza, y soltando las manos de ella para posarlas en su cintura la besó, y se fundieron ambos en las hojas rojas del suelo.



2 comentarios:

Wasarry dijo...

gracias por visitarme, mi blog a veces lo tengo un poco descuidado porque tengo otro: www.wasarry.blogspot.com ahi podemos saber el uno del otro mas a menudo, me gustan tus palabras, muy interesante, muy atrayentes. Say nO MOre!

AsDePiqas dijo...

Ohhhhhhhhhhh sugar!!!

(nanananá na - na- naa)

ohh honey, honey
(8)

:)