jueves, noviembre 08, 2007

Myths

2007.nov.8


Decidió pasarse lo que le quedaba de aquella terrible espera bebiendo del agua del Leteo, junto a todos aquellos que hacían lo propio para inventar, mentir otra vez, volver a recorrer con otras manos otros cuerpos que tal vez ya se conocían. Sólo lo que dejan en la orilla de la laguna lo sabe.

Pero había una cosa… una diferencia, tal vez imperceptible e insignificante para los demás, pero no para ella; la diferencia entre sus ojos azules y los de los espectros era que ellos olvidaban conforme bebían, mientras que en ella las aguas límpidas del olvido al contacto con sus labios sólo contribuían a avivar más el recuerdo de sus ojos y su voz. Habiendo quedado del que fue su mejor carta sólo una vaga sombra que pasea por el recuerdo, ahora había legado el mando a su imaginación que, traicionera, jugaba a imaginar momentos que, como la mayoría de las veces, sólo quedaban en un mero desconsuelo.

Y sintiéndose traicionada por las aguas de la laguna como Perséfone al tragar el fruto que debía liberarla y que, sin embargo no hizo más que contribuir a aprisionarla aún más, trató de rebelarse contra las cadenas que la ataban, y conforme más batallaba, más cerca lo veía, y más miedo sentía.

3 comentarios:

AsDePiqas dijo...

Estoy temblando

Libelle dijo...

Holaaaaaaaaaa!!!! ¿¿Cómo te va alla donde el frio es la norma y las piscinas municipales sirven como pistas de patinaje sobre hielo??

Se te echa de menos!


P.D: Teblando..en qué sentido??

Anónimo dijo...

el texto es encantador..
lo que puede llevar las emociones con los humanos.. impactante :P

saludos!